LA PIEL ES NUESTRO ÓRGANO MÁS GRANDE Y PESADO
Tiene unos dos metros cuadrados de superficie y una estructura que recuerda a la de una cebolla, es decir, que está compuesta por varias capas: la epidermis, la dermis y la hipodermis.
Con sus miles de millones de células, las distintas capas realizan diversas funciones, como curar heridas, proteger del frío, almacenar agua, amortiguar choques, sin olvidar otras funciones como el sudor y el crecimiento de las uñas y el cabello.
Sistemas de salud
Para realizar estas y otras funciones, la piel -un verdadero superórgano- puede contar con todo un arsenal de sistemas. Aquí hay algunos ejemplos:
- Varios sensores y receptores registran el dolor, la temperatura, la presión y el contacto.
- Un tejido de colágeno y elastina mantiene la forma de la piel, haciéndola firme y resistente.
- Los emisarios del sistema inmunológico (p. ej. las células de Langerhans) envían señales cuando los patógenos entran y contrarrestan los gérmenes.
- La melanina, un pigmento producido por los melanóforos, protege contra los daños de los rayos UV en el ADN.
- En la llamada "capa de germinación" de la epidermis, se producen constantemente nuevas células de la piel, que permiten que la piel se regenere continuamente.
Importancia vital y alta sensibilidad
Para estar en peligro de vida, basta con que alrededor del 15% de la superficie de la piel sea destruida, por ejemplo después de una o más quemaduras: una prueba más de la enorme importancia para la salud de este recubrimiento multifuncional.
Al mismo tiempo, la piel está particularmente expuesta a las enfermedades, ya que está en contacto directo con el entorno. El término técnico para designar las enfermedades de la piel es "dermatosis": hasta la fecha se conocen más de 2000, cifra que refleja plenamente la complejidad anatómica y fisiológica de la piel.
Estructura de la piel