La piel no es la misma en todas las partes del cuerpo
Algunas zonas, como las puntas de los dedos o los lóbulos de las orejas, tienen un número particularmente alto de receptores y por lo tanto son muy sensibles. Otros, como las axilas y los pies, son ricos en glándulas secretoras de sudor o feromonas. Otros siguen su propio esquema de funcionamiento (plantas de los pies, puntas de los dedos).
Piel seca, piel grasa
La piel también varía de persona a persona. Por ejemplo, hay diferencias - en su mayoría de naturaleza genética - con respecto a la energía hidrofílica o la producción de sebo y sudor. Sin mencionar los cambios en la piel a lo largo de la vida. Por ello, la higiene personal debe ser calibrada según el tipo de piel. Sólo así se puede evitar la sensación de "piel tirante", así como la irritación y las impurezas.
Diferentes niveles de sensibilidad
Como es evidente, también hay diferencias en cuanto al color, la sensibilidad a la luz y el riesgo de cáncer (conceptos estrechamente relacionados). Las personas de "tipo celta", es decir, con pelo muy claro y piel diáfana, son especialmente sensibles a los rayos ultravioletas del sol, por lo que tienden a quemarse más rápidamente. En los individuos de piel oscura, el tiempo para la autoprotección es obviamente más largo.